LA TEMIDA TUTA DEL TOMATE

Ligada al cultivo del tomate, la Tuta absoluta, ha sido una de las plagas más importantes desde 2008. La oruga afecta a toda la planta y al fruto, que al minar y taladrar lo deprecia y es fuente de enfermedad. La clave para combatirla es conocerla, fomentar sus depredadores, controlarla desde un principio y evitar que se extienda. Después del paréntesis del invierno, que lo pasa en la tierra y en restos de cultivo, es el mejor momento para actuar.

La polilla del tomate es una polilla originaria de América de Sur que se sabe que llega al Levante español en 2007 y posteriormente al resto de Europa y el norte de África, siempre ligada al cultivo del tomate.

Esta polilla es un micro-lepidóptero que tiene la capacidad de alimentarse de todas las partes aéreas de la planta de tomate, además de tener una alta capacidad de supervivencia. Puede provocar daños importantes en las hojas, tallos y frutos.

En el tomate se desarrolla en todas sus fases sobre el cultivo. Los adultos ponen los huevos sobre las hojas, fundamentalmente en el haz y también en el envés. La oruga en sus primeros estadios es verde amarillenta y puede realizar galerías en hojas. Las orugas del último estadio, antes de transformarse en crisálida tienen una coloración rojiza o morada en el dorso que las diferencia de los estadios anteriores. El tiempo que tarda desde el huevo a la crisálida varía según las temperaturas, en general el tomate de exterior tarda unos 45 días en terminar su ciclo. Después de ese tiempo aparecerán los adultos, que volverán a depositar los huevos sobre nuestro cultivo, a parte de las mariposas que vendrán de otras parcelas. En invernadero el tiempo invertido será aproximadamente de 30 días. Pero lo más importante es reconocer las orugas para poder actuar en el momento oportuno.

Imagen de huevos en la hoja. Fuente: Ricardo Biurrun y Juan Antonio Lezaun.

Las actuaciones para el control de la polilla deben ser en los primeros años de la plaga, con lo que llamamos manejo de la plaga y es preciso con métodos biológicos, biotecnológicos e insecticidas. Según el nivel de la polilla nos decidiremos por un método u otro, y para determinar ese nivel se realizará un seguimiento y recuento en trampas de feromona, tipo delta al menos una semana antes de la plantación del cultivo. Posteriormente se seguirá el vuelo para determinar el tipo de insecticida que se utilizará. Con la llegada del invierno se ralentiza su desarrollo, pero perdura a través de las pupas que quedan en el suelo y de los adultos que permanecen refugiados en diversos escondrijos, hasta la siguiente campaña, por eso es muy importante destruir los restos de los cultivos.

El inicio de la campaña es un buen momento para definir las actuaciones que serán más eficaces para su control, sobre todo si empezamos a la salida del invierno.

El manejo de la plaga es un procedimiento clave y consiste en estar atentos desde el principio y evitar que se disperse. Si al inicio de la plaga se detectan pocas galerías en las hojas eliminaremos los foliolos. Al final del invierno haremos una labor superficial en la tierra para destruir las pupas y evitar que emerjan los adultos al final del invierno.

En el caso de infestaciones medias deben destruirse en el cultivo las plantas adventicias (malas hierbas) que favorecen la dispersión de la plaga.

Métodos químicos

Fuente: Revista Fertilidad de la Tierra nº 44

Los métodos biológicos son los basados en la potenciación de los míridos, insectos depredadores que están comprobados como buenos auxiliares para esta plaga. Principalmente Macrolophus pymeaus y Nesidiocoris tenuis son las herramientas más importantes en el control de poblaciones de la tuta y de otras plagas. También deben considerarse los parásitos de los huevos como son Trichogramma sp. y T. achadeae que con bajas poblaciones de plaga ayudan al control.

Los métodos biotecnológicos consisten en la colocación de trampas de feromonas para la realización de capturas masivas. La mejor trampa de capturas masivas la haremos con trampas de agua (tuta-trap) que ayudan a otras medidas como la aplicación de insecticidas.

Fuente: Ricardo Biurrun y Juan Antonio Lezaun. Técnicos del Instituto Técnico de Gestión Agrícola de Navarra,

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